martes, 17 de febrero de 2015

7/1/2014

7/1/2014

Solíamos cantar de forma arítmica perdiéndonos entre los compases. Ahora la música ha dejado de sonar y tu no eres más que una canción triste y amarga, sin nada que decir. Te perdiste. Y yo también. Pierdo desde las llaves, a un avión, hasta a mí misma en mi propia casa. Pero de todas las cosas que me veía capaz de perder, no te incluía. Pero visto así, tampoco te incluía en mi lista de errores junto a café aguado y exceso de cacao en la leche. Encontré lealtad a ti, sin saber que iba a traer dolor como todas las veces que dices amor, haciendo que suene vacío.