sábado, 17 de octubre de 2015

Reflexiones nocturnas

Ojalá más gente viera el arte como yo:

La razón por la cual el mundo es lo que es y por la que amo vivir.
Una razón para ser feliz, y llorar y reír, frustrarte y desesperarte aún más.
Lo que hace posible bailar entre las nubes grises y que no te importe si te mojas.
Lo que nos llena de sol y nos vacía de tormentas.
Lo que me hace vivir y lo que quiero hacer para vivir.

El arte es... Mi vida.
No quiero vivir en un mundo en el que no exista el arte.
Quiero un mundo en el que todos lo sientan. Todos lloren con poemas, salgan a la calle con cámaras de fotos, dibujen lo que tengan delante o lo que su mente tenga delante, o su mente ¿Por qué no?
Un mundo rodeado de arte, sería un mundo feliz, caótico, extravagante y libre.
Una vez me dijeron que lo que metes por los sentidos, se queda en tu cuerpo. Con cada latido de mi corazón se expande arte por el resto de mi cuerpo.

¿Por qué no hacer lo mismo con el universo? Móstremosle arte al universo, para que así se quede en él y con cada centímetro que se expanda, se expanda un cachito de lo mejor de nuestro planeta.
Y lo mejor de nosotros.

No puedo dormir

No puedo dormir. He apagado las luces, he colocado la almohada y la he dado la vuelta. Me he retorcido bajo las sábanas y he llamado a Morfeo. Pero no ha llegado aún.
Mis ojos lloran de las ganas que tengo de que llegue. Pero a él, mis lágrimas no le camelan. Que caprichoso. Así es Morfeo, supongo. A veces entra sin avisar, vacía tu nevera y se acuesta contigo, otras, le llamas, le ruegas, le lloras, pero no llega. Supongo que ha perdido el bus, o que se ha confundido de línea de tren.

Me has fallado mucho esta semana Morfeo, no me falles hoy también.

Ha sido un gran día, ven rápido, antes de que lo estropee.