miércoles, 28 de noviembre de 2012

Dominaron al viento y ahora está en su favor.


A veces pienso que el sol se levanta cada mañana solo para ver sonreír a gente como tú. Sí, gente que deja que las palabras vuelen debajo de sus dedos escribiendo frases que para el resto del mundo significa lo mismo que el aire. Nada. Gente como tú, que se levanta con la cabeza alta y se digna a no volver a bajarla por personas que para ti significan lo mismo que el aire. Nada. Gente que se ha caído, gente que ha llorado, gente que ha estado encerrada en una habitación vacía gritando con toda la fuerza de sus pulmones y aún así han seguido siendo un susurro en medio de una gran masa de ruido. Nada. Gente que ha tenido dos calles para escoger y eligió la menos transitada. Gente que se conoce esa calle como la palma de la mano porque llevan años viviendo ahí. Gente como tú, o como yo. Gente que está marcada de por vida por el tatuaje de las etiquetas. Gente que nació con un corazón, más grande que muchos países juntos. Gente que no necesita humillar a otras para sentirse mejor. Gente que ve más allá de la ropa. Créeme cuando digo que cada vez que te miro a los ojos, leo tu alma. Y me gusta lo que está escrito en ella. Gente que ríe con cualquier cosa y se emociona con cualquier otra. Gente que no se avergüenza de lo que le hace raro para algunas personas, porque para otras eso mismo le hace especial. Gente que se niega a quedarse sentado en la estación mirando como la vida pasa sin que su tren llegue. Gente que a veces se siente como alguna más de las luces de la ciudad, porque la gente les tira rocas hasta que dejen de brillar.
Y a esa gente, es a la que admiro, es a la que le dedico entradas como estas. Porque aunque mucha de esa gente diga que soy valiente o fuerte por todo lo que he pasado, siempre pensaré que los valientes y fuertes son ellos por lo que han pasado ellos. Sabes que eres parte de esa gente cuando pasas mucho tiempo sufriendo, llorando, amargado o cuando te pierdes delante de tu propio reflejo en el espejo. Parte de esa gente que se hace especial en el segundo en el que se levantan del suelo, con las piernas lo suficientemente pegadas como para que haya probabilidades de que caigas otra vez. Y es que, cuantas más veces caes, más especial eres. Y empiezas a formar parte de esa gente a la que admiro. Que para algunos, es solo gente. Pero no puedes ponerle un "solo" cuando se tratan de posiblemente, las mejores personas del mundo.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

No es un número más.

¿Cuántas personas tienen que suicidarse para que se pare el bullying?
¿Cuántas?
¿Cuál es el precio de hacer que alguien se sienta inferior?
¿Una vida? ¿Una persona?
Estarás contento, ahora.
Estarás contento.

martes, 9 de octubre de 2012

En fríos días, cálidos abrazos.


En fríos días como estos; me suele gustar envolverme en mis sudaderas y rodearme de millones de mantas.
En fríos días como estos; tumbarme con palomitas a ver alguna película de amor es reconfortante.
En fríos días como estos; en los que toso a cada segundo porque me he constipado y siento frío a todas horas.
En fríos días como estos; llegas, me miras con ternura y con voz de niña pequeña te pido un abrazo porque se me empiezan a helar los brazos.
Y en fríos días como estos; una de mis mejores amigas me abraza, y no me suelta. Porque sabe que allí, donde están aquellas corrientes heladas se me hace imposible la supervivencia en fríos días como estos.
En fríos días como estos; otra de mis mejores amigas, llama a casa y me obliga a bajar para verla, después de hacerla caso, empieza a hacer tonterías para hacerme reír, se me olvida lo heladas que tengo las venas en fríos días como estos.
Y es que, tal vez, al fin y al cabo, los días no son tan fríos como parece.


domingo, 30 de septiembre de 2012

El sonido de una hoja al caer.



Recorro las calles prestando una especial atención a toda esa gente abrumada por el frío aire típico de las mañanas. Supongo que se habrán despertado con sueño, habrán tomado un vaso de leche a la velocidad de la luz y se habrán vestido con la ropa que dejaron sobre la silla de su cuarto la noche anterior, se habrán peinado inconscientes y maldiciendo el día por las prisas de no querer llegar tarde a las clases una vez más. Yo me digno a sonreír, puede que cumpla todo eso. Pero cuando salgo a la calle y veo las hojas de los árboles empezando a tornar naranja, todo cambia. 

Hay gente que odia el otoño y el cielo gris porque va a empezar a llover, les parece triste ver hojas cayendo. A mí, no, que las hojas caigan es solo un pequeño paso para que cuando llegue la primavera hayan crecido más bonitas. Como la vida, supongo. 

Hay personas que se podrían decir que son "Perennes" están bien todo el año, no tienen demasiadas cosas por las que preocuparse y si las tienen, el daño es más efímero. Luego están la otra clase de persona, las que caen una y otra vez, como las hojas de los árboles. Siempre en el suelo. Pero... Si no hubiesen estado nunca en el suelo no podrían levantarse luego tan mágicas. Más mágicas que las que siempre han estado bien. Magia. Así es como describiría yo al otoño. Está lleno de magia, solo hay que abrir los ojos para verla. 

¿Y qué tiene de mágico el instituto? Pensaréis algunos. Supongo, que puede que sea una de las pocas personas, que cuando miran a alguien, ven a una persona que ha llorado sin que nadie lo sepa, que se ha reído con gilipolleces, que ha soñado con cosas que nadie sabrá nunca. Soy rara ¿Verdad? Me entretengo tratando de averiguar cuales son los secretos más profundos de todos los que están en mi clase. Eso es mágico. Lo es para mí.

Retomaré tiempos pasados, terminando la entrada con una pregunta, que espero, alguien conteste en los comentarios. ¿Qué creéis que es lo más bonito del otoño?
Pd: Ser felices(: