jueves, 10 de diciembre de 2015

Espirales áureas (II)

Te mientes.
Me mientes.
Te miento.
Lo hacemos sin querer.

Te niegas a creer que hay algo más en ti aparte de líneas rectas.
Te niegas a aceptar que eres más, que eres apasionado de los edificios antiguos con mucha historia que contar.
Déjame decirte algo,
¡Eso es arte!

El arte es todo.
Todo es arte.
Aquello que te hace sentir.
Es arte.
Y si me dices que no sientes el arte, me mientes.
Examinas los edificios con el mismo cariño con el que lees mi cuerpo.
Te cuentan su edad, sin que les preguntes.
Os entendéis sin palabras.

Sé de sobras que te da miedo el rechazo.
Que tus dibujos no sean buenos.
Que te digan que son terribles, horribles o malos,
En comparación con los de...
Pero ¿Quién es nadie para decidir que es artístico y que no?
¿Quién decide que debería ser bonito a los ojos de todos,
cuando todos tenemos un concepto de bonito distinto?

El arte es todo.
Todo es arte.
Aquello que te hace sentir es arte.
Me haces sentir más que nadie.
¿Sabes qué significa?
Exacto.
Mi arte.